En los últimos años se ha hablado cada vez más de los efectos positivos y negativos de los juegos de ordenador en el desarrollo de niños y jóvenes. Los argumentos más ingeniosos a favor y en contra se lanzaron entonces a la discusión, y la escalada de este conflicto parecía no tener fin. Aunque esta disputa ha empezado a disminuir poco a poco, sigue despertando muchas emociones. No es diferente cuando se trata de la programación, que, después de todo, también se reduce al peyorativo "sentarse delante de un ordenador". Sin embargo, resulta que la programación, al igual que los juegos de ordenador, puede tener un efecto muy positivo en el desarrollo del cerebro y la forma de pensar en niños y jóvenes. ¡Animamos a seguir con la lectura de este artículo!
Algunas palabras para empezar
En nuestros artículos y webinars hemos hablado repetidamente de los efectos beneficiosos de la programación en el desarrollo de niños y adolescentes. En este texto queremos profundizar en este fenómeno, basándonos tanto en nuestra propia experiencia como en los estudios científicos.
Uno de los estereotipos más comunes sobre la programación es que es una actividad repetitiva y aburrida que no tiene nada que ver con el trabajo creativo e imaginativo. Por supuesto, no hay nada de verdad en esta afirmación.
Dominar un determinado lenguaje de programación es solo una pieza del rompecabezas llamado programación. Un buen programador no solo debe conocer la sintaxis del lenguaje en el que está programando, sino también desarrollar la capacidad de pensar de forma analítica y lógica.
Según los últimos estudios, el impacto de la programación en el desarrollo de nuestro cerebro es enorme. Sin embargo, esto no significa que por aprender a programar nos convirtamos de repente en Sherlock Holmes y los rompecabezas lógicos dejen de tener secretos para nosotros. No, no funciona así. Aunque el impacto de la programación en nuestra forma de pensar es muy grande, no es tan espectacular.
Pasemos a los estudios
Hay un montón de estudios que confirman el impacto positivo de la programación en el desarrollo del cerebro. Ya en 1991, los investigadores estadounidenses demostraron que existe un poderoso vínculo entre el aprendizaje de la programación y el aprendizaje de habilidades cognitivas.
Se invitó a 65 estudiantes a participar en el estudio. Algunos de ellos estaban aprendiendo a programar y el resto nunca había estudiado programación. ¡Los resultados fueron sorprendentes! Se descubrió que los que aprendían a programar rendían hasta un 16% mejor que otros estudiantes en las pruebas de capacidad cognitiva.
Los estudios posteriores realizados en 1999 y 2009 confirmaron que aprender a programar puede acelerar la adquisición de conocimientos mediante el desarrollo de habilidades cognitivas. Como resultado, recordamos mucho mejor la información, y el cerebro sometido a un ejercicio constante es mucho más sano y resistente a la demencia y la enfermedad de Alzheimer.
¿El cerebro del programador es tan diferente del cerebro común?
La respuesta a esta pregunta es más fácil si dirigimos nuestra mirada a los llamados modelos mentales. No son más que representaciones de situaciones reales creadas por nuestra mente. Se crean a partir de lo que imaginamos o vemos en el momento.
Los modelos mentales tienen una función fundamental en el proceso de adquisición de conocimientos, que se puede ver perfectamente en el aprendizaje del primer lenguaje de programación.
A medida que aprendemos, se crean nuevos modelos mentales en nuestro cerebro, lo que se traduce en nuestra forma de pensar y resolver problemas. En consecuencia, una mente acostumbrada a un modelo concreto tendrá muchas dificultades para crear nuevos modelos cuando aprenda otro lenguaje. En resumen, una forma de pensar formada no es una creación flexible, por lo que no es fácil cambiarla.
Cuando se trata de programar, es imposible concentrarse únicamente en un lenguaje y un problema. La programación es un sistema en constante cambio, que nos obliga a pensar de forma innovadora y alternativa.
Como resultado, los programadores no solo son mejores analistas, sino que también tienen mucha mejor memoria, y lo que es más importante, esto no suele ser el resultado de una predisposición genética, sino de un entrenamiento intelectual sistemático.
¡La resonancia magnética nos dirá la verdad!
En 2014, se llevó a cabo un estudio en un grupo de 17 programadores mediante una resonancia magnética. Se descubrió entonces que los centros responsables de la memoria semántica, la memoria operativa y la comunicación lingüística eran los más activos.
Además, las partes del cerebro responsables de contar y del pensamiento lógico no mostraron mucha actividad. Este estudio demostró que activamos los mismos centros cuando programamos que cuando aprendemos un nuevo idioma.
En resumen, al aprender a programar, no solo desarrollamos la capacidad de pensamiento lógico y analítico, sino que, sobre todo, ejercitamos la memoria operativa y la memoria semántica. De este modo, nuestro cerebro se ejercita constantemente, protegiéndonos de la enfermedad del Alzheimer, la demencia y la reducción de neuronas. Además, conseguimos una mejor memoria y somos capaces de absorber una gran cantidad de información más rápidamente.
Los estudios demuestran claramente que aprender a programar tiene una serie de beneficios no solo relacionados con nuestra futura profesión, sino también con nuestra salud. ¡El estereotipo del programador enfermo es, por tanto, un cuento de hadas! La programación es uno de los campos más exigentes del trabajo mental, al que merece la pena dedicar su tiempo si da satisfacción y placer.